MIRRA ALFASSA… PEQUEÑA BIOGRAFÍA
Centro de Yoga Namaste de Cornella
Mirra Alfassa… Primeros años
Vamos a comenzar esta pequeña biografía de Mirra Alfassa Ismalum, conocida más tarde con el nombre de Madre con algunos datos… nace en París el 21 de febrero de 1878 en el seno de una familia de clase media procedente de Oriente Medio. Su padre Maurice Alfassa de origen turco y su madre Mathilde Ismalaun egipcia, eran ateos y rechazaban como debilidad de carácter cualquier actitud espiritual o artística ante la vida. Curiosamente y en medio de esa atmósfera familiar tan poco propicia, es donde Madre desde muy pequeña, tiene extraordinarias experiencias interiores viéndose obligada a vivirlas en la más completa soledad.
Una de esas experiencias que le sucedió a los 5 años, nos la relata así: «Me sentaba en un pequeño sillón hecho expresamente para mí y permanecía totalmente sola en la habitación y aunque… no sabía lo que eso era, absolutamente nada… sentía una sensación muy agradable de algo muy poderoso y luminoso, encima de la cabeza… Y la impresión era… esto es lo que debo vivir, lo que debo ser, ésa era verdaderamente mi razón de ser”.
Mirra Alfassa continúa teniendo más experiencias sutiles
Que les llama poderosamente la atención, comenzando a adentrarse en la percepción de todo un mundo de vibraciones y a saberlas distinguir. Tiene asimismo innumerables experiencias de vidas pasadas, aprende a salir de su cuerpo y a explorar infinidad de dimensiones y mundos… pero también desde muy joven empieza a inclinarse por actividades artísticas. Decide estudiar música y pintura oponiéndose incluso con rebeldía a la oposición de su familia.
A los 19 años contrae matrimonio con Henri Morisset, pintor vinculado a la escuela impresionista de cuya relación nace André, su único hijo. Durante los 10 años que va a durar ese matrimonio, Mirra entrará en contacto con el mundo artístico e intelectual del París, de comienzo de siglo, e irá descubriendo el lado oscuro de esas personas de la alta sociedad parisina, llamándole poderosamente la atención el desequilibrio, entre la admirable obra de unos grandes artistas y sus vidas personales. Debido a esto se va desarrollando en ella el anhelo de que la vida puede ser algo más completo, algo que supere ese antagonismo entre la vida interior y la exterior que veía a su alrededor.
Max Théon
A los 26 años conoce a Max Théon, famoso ocultista de la época y director de la «Revue Cosmologique», quien le dará por fin una explicación a todas sus experiencias. A partir de este encuentro, Madre se adentra en un proceso acelerado de profundización en el ocultismo y aprende a explorar metódicamente todos los niveles de consciencia, acabando por descubrir su propia esencia divina, la luz interior del Ser.
Al mismo tiempo, constata el poder de la consciencia superior sobre la materia y es testigo de extraordinarios fenómenos. Asimismo durante unos años colabora con la revista «Revue Cosmologique» y llega a la conclusión de que el nuevo Ser, que estará unido en su interior a la totalidad del cosmos, es una realidad; dicho Ser surgirá del mismo cuerpo físico y será tan natural y espontáneo como su respiración.
Paul Richard
En 1908 se divorcia de Morisset e inicia una nueva etapa en 1910 junto a Paul Richard, abogado e intelectual, interesado en las cuestiones filosóficas y esotéricas, con quien contrae matrimonio. A partir de ese momento se dedica al estudio intensivo de todas las filosofías y religiones de las diferentes culturas.
A través de su marido Paul Richard conoce la presencia en la India de Sri Aurobindo, y empieza a comprender el paralelismo existente entre los descubrimientos de éste y los suyos…: “la existencia de un principio desconocido en las capas superiores de la consciencia que enlaza con los niveles más profundos de la materia, capaz de transformar al ser humano y al que Sri Aurobindo daba el nombre de Supermente”
Este principio encarna la fusión de los dos polos de la consciencia: espíritu y materia, eternidad y tiempo, ser y devenir, alma y cuerpo. Representando el próximo estadio evolutivo de la humanidad y hacia donde se dirige inexorablemente. Mediante su manifestación será posible la transmutación de todos los niveles del ser y la eclosión de una vida progresivamente divina sobre la tierra.
Durante este tiempo frecuenta diversos grupos de investigación espiritual, y colabora con su marido en la traducción de las obras de Sri Aurobindo, publicadas en la revista india «Arya».
Pondicherry
En 1914, en vísperas del estallido de la primera guerra mundial, embarca en el Kaga-Maru con su esposo y emprende viaje hacia la India… el 29 de marzo de 1914 en Pondicherry, tiene lugar su primer encuentro con Sri Aurobindo y descubre, impresionada, que es el mismo personaje que se le aparecía en sueños desde muchos años antes. El encuentro es sentido por ambos como la señal de que la manifestación de una nueva consciencia será un hecho real.
Al día siguiente en una nueva visita a Sri Aurobindo, Madre tiene por primera vez la experiencia del silencio mental… silencio mental, no solo como un estado de paz y de calma, sino como un campo de energía perceptible, palpable… lo que tendría una influencia decisiva en su nueva etapa.
Madre y Sri Aurobindo
En Pondicherry permanecerá un año junto a Sri Aurobindo, después marcharía a Japón con su marido. Y en palabras suyas… “Una de las épocas más difíciles que he vivido… fue la amarga soledad… un infierno de oscuridad”… Cuatro años estuvo en Japón lejos de Sri Aurobindo, “aunque él estuvo presente durante todo el tiempo que yo no estuve allí”. Intentará hacer comprender a su marido Paul Richard su visión del mundo pero sin conseguirlo y fracasadas todas sus tentativas, pide una orientación a la luz y le sobreviene la respuesta en forma de una visión determinante, según ella comenta:
«De repente, todo se inmovilizó… y tuve una visión del Supremo… me tomó literalmente en sus brazos, se volvió hacia el oeste, hacia la India, y me presentó…, y vi que en el otro extremo estaba Sri Aurobindo. Era… Tenía los ojos cerrados pero lo sentí, lo sentí físicamente… ¡indescriptible!.
Era como si un ser gigantesco me levantase como una brizna de paja, y después me presentaba… Ni una palabra, ni nada más, sólo eso… Luego, todo desapareció… Al día siguiente, empezamos a preparar el viaje para regresar a la India».
El trabajo junto a Sri Aurobindo
El 24 de abril de 1920 vuelve para quedarse definitivamente en Pondicherry. Los siguientes 53 años de su vida los pasaría enteramente allí, dedicada al “trabajo” junto a Sri Aurobindo. “Cuando nos reencontramos sentimos los dos con toda certeza que la Realización iba a producirse ahora”. Es decir que surge en los dos la rotunda certidumbre de que la realización supramental sobre la Tierra va a tener lugar, dando comienzo al trabajo infatigable de ambos en esa dirección, poniéndose los cimientos de un nuevo Yoga cuyo último objetivo será la divinización completa de la mente, y del cuerpo del Ser-Humano.
El 26 de noviembre de 1926 y son sólo 24 discípulos en todo el āśrama; estos son convocados después una meditación, de un modo poco habitual… Sri Aurobindo se dirige a ellos y les dice: “Os he llamado para deciros que a partir de hoy me retiro para mi sadhana y es Madre la que se hará cargo de todos vosotros; es a ella a la que debéis dirigiros. Es ella la que me representará”.
Madre al cuidado del āśrama
Se retira para acelerar el movimiento de descenso de la consciencia supramental a la consciencia física, y deja a Madre al cuidado del pequeño āśrama constituido por un núcleo de seguidores, casi todos simpatizantes y antiguos revolucionarios como él. Declarando que Madre y él son una misma consciencia. A partir de ese momento Mirra Alfassa empieza a ser conocida con el nombre de Madre.
Desde esa fecha, el 26 de noviembre de 1926 sólo se pudo ver a Sri Aurobindo tres o cuatro veces al año, en las fechas del darshan, pasando silenciosamente delante de él para recibir su mirada.
El “ashram” va creciendo progresivamente y convirtiéndose en un auténtico laboratorio evolutivo. Funda la «Escuela Internacional de Educación» vinculada al ashram, y da periódicamente charlas a los discípulos recogidas en las «Entretiens du soir» (Conversaciones de la Madre).
Al estallar la segunda guerra mundial, trabaja activamente junto a Sri Aurobindo en los niveles ocultos a favor de un desenlace favorable de las fuerzas progresistas, representadas en aquel momento por los aliados; ver en (La luz que brillo en el oscuro abismo; Maggi Lidchi Grassi).
En 1950 Sri Aurobindo, habiendo llegado a un punto crítico en su proceso de descenso al inconsciente, decide abandonar su cuerpo físico para trabajar desde los planos sutiles y transfiere a Madre, en el momento de su muerte, toda la luz acumulada en sus células.
El yoga de las células
Una vez Madre sola, va a tener que asumir todas las cargas. Hasta ese momento Sri Aurobindo se encargaba del trabajo del Yoga de transformación cuyos avances le transfería a ella; pero a partir de entonces tendrá que hacerse cargo también de esta tarea.
Comienza así una nueva etapa: la del Yoga de las células. Todas las resistencias a la nueva luz las va a vivir en su propio cuerpo y va a aventurarse, prosiguiendo la tarea de Sri Aurobindo, en un proceso desconocido hasta entonces por cualquier otro Yoga.
El 29 de febrero de 1956, se produce el descenso o manifestación de lo Supramental… Estaban reunidos en la clase del miércoles, Madre comenzó a sentir que el Poder descendía sobre todos ellos. Sería el descenso de la Consciencia-Fuerza, al parecer por primera vez de modo general, no ya en las mentes y cuerpos de Sri Aurobindo o Madre sino en todo el grupo.
De 1960 a 1973 toda su investigación y todos sus hallazgos los va a ir dando a conocer en una serie de conversaciones con su discípulo Satprem, que grabadas y transcritas constituyen los 13 volúmenes de “La Agenda de Madre”.
En ellos se va perfilando paso a paso la extraordinaria irrupción de una nueva fuerza sobre la tierra, con todas las duras e interminables resistencias, origen de la violencia y el caos de nuestra época.
Pondicherry “Auroville” (la ciudad de la aurora)
En 1968 funda a pocos kilómetros de Pondicherry “Auroville” (la ciudad de la aurora) como un lugar capaz de favorecer el florecimiento de una nueva humanidad basada en el descubrimiento de la consciencia Supremental y su manifestación.
A comienzos de 1969 se produce lo que Madre llama el advenimiento de la Nueva Consciencia: la vibración supramental que se aposenta definitivamente en la consciencia física como una fuerza masiva y densa, capaz de hacer cambiar el rumbo de los acontecimientos para quien esté abierto a ella.
El 17 de noviembre de 1973, la Madre dejó su cuerpo a los 95 años de edad. Muchos los sintieron profundamente y al principio hubo una especie de desconsuelo generalizado, pero hoy se dan cuenta de que Ella está siempre presente entre ellos. Tanto en la India como en el extranjero, los devotos de Madre, sienten su presencia y son inspirados y guiados en su labor.
Cuando Sri Aurobindo dejó su cuerpo la Madre dijo… “Nada ha cambiado, todo lo que Sri Aurobindo ha dicho es verdadero, el tiempo lo dirá.» Tras la retirada de la Madre, sus hijos continúan su trabajo repitiendo el mismo dictum «Nada ha cambiado”…
La humanidad no es el último peldaño de la creación terrestre.
Corresponde a cada individuo, decidir si quiere participar en el advenimiento de esta nueva especie, pues para aquellos que están satisfechos con el mundo tal como es, Arroville no tiene razón de existir. (Madre 1966)
Enlace Externo